domingo, 12 de diciembre de 2010

Tic, tac, tic, tac.

Quise ser como la luz del día que alumbra la parte oscura de tu vida; una compañía, una alegría; la locura de tus más grandes pasiones; quise ser toda tuya. A veces pienso que nunca debí permitirte que te apoderaras de mis cinco sentidos y menos aún, que te acercaras, porque nada de lo que siento me estaría ocurriendo. Me he dado cuenta que no te sientes enamorada y menos ilusionada, por eso tu falta de interés a mis llamadas, a mis mensajes, de ahí tus pocas ganas por intentar verme. Aunque con muchísimo pesar, he comprendido que no soy quien te puede hacer vibrar tus más escondidas sensaciones; y no soy yo, quien te puede sacar de tu tan acostumbrada rutina. Si tan solo fui una aparecida que nunca debió darte la oportunidad de entrar en mi vida. Si no pudo ser lo que algún día soñé: ser de una milésima parte de tu corazón el dueño; sigue tu vida. Fue muy bonito, o eso digo, conocerte, aunque fue muy tarde. Por más que me esfuerze TU Y TU MUNDO son más grandes y poderosos que yo. En ningún momento intente sacarte de ahí, solo quise ser, de él, una pequeña parte. Pero al final, cuando te dan la apuñalada una y otra vez, te das cuenta, de que nunca has existido para él, de todas las mentiras que te dijo, y de que nunca te ha querido como tu le has querido a él. Desaparecería, me iria lejos, muy lejos, donde nunca, me puedas encontrar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario